La cartelería digital o digital signage en inglés, es un canal de comunicación dinámico multiformato que puede ser unidireccional, desde el punto al usuario o bidireccional, cuando el usuario puede interactuar.
Es un mercado en continua expansión, tal y como nos lo indican diversos informes y análisis y este crecimiento se explica por 2 factores: el mayor impacto de los mensajes en el usuario y la reducción de costes de los sistemas de cartelería digital frente a los canales tradicionales.
Mensajes con mayor impacto y mayor flexibilidad
Cada vez podemos encontrar cartelería digital en más sectores. En retail, con objetivos claros y bien definidos como potenciar las ventas. Hacer llegar mensajes importantes en entornos empresariales y corporativos. Un mensaje dinámico capta más la atención y ayuda a lograr estos objetivos.
Los proyectos de cartelería digital o digital signage en inglés permiten adaptar el mensaje más rápido y aportar información en tiempo real en el punto de información. Si el mensaje sólo se basa en un vídeo corporativo o promocional, pronto dejará de ser relevante para el potencial cliente y dejará de prestar atención a las pantallas digitales. Es importante adaptar el mensaje en franjas horarias, no será lo mismo publicitar nuestra marca o productos cuando el comercio está abierto o cerrado.
Un sistema de cartelería debe permitir reproducir vídeos, mostrar textos dinámicos en tiempo real e incrustar widgets de Twitter, Facebook, Instagram, el tiempo, noticias... También a la hora de mostrar la información que un usuario demanda, por ejemplo, turno en una cola, un directorio de espacios y/o profesionales; incluir información relevante causará mayor impacto y la consecución de objetivos secundarios.
Menor coste TCO (Coste Total de Propiedad)
Aunque hay diversos modelos de gestión y de comercialización de los sistemas de cartelería digital, ya sean en propiedad o adquisición o mediante suscripción, sólo la flexibilidad a la hora de gestionar campañas reduce el coste respecto a sistemas tradicionales con carteles impresos, alquiler de espacios públicos por periodos concretos, etc.
Tanto si se ve como responsable del canal como del lado del anunciante, existen menores gastos de personal y desplazamiento que en los sistemas tradicionales y el coste de "la electrónica" necesaria se ha reducido mucho en los últimos años (pantallas profesionales, reproductores, player integrado...) Hoy en día las pantallas digitales led cuestan lo mismo que un proyector de hace unos años que podía verse bien con luz ambiente.
Tecnologías complementarias: Omnicanalidad, IoT, IA (Inteligencia Artificial), VR/AR (Realidad Virtual / Aumentada)...
En ARANOVA llevamos más de 10 años de desarrollo de AraCast un proyecto de cartelería digital para TECCO y aunque en este tiempo han cambiado mucho las cosas, seguimos apostando por los mismos principios en su continua evolución: seguridad, vida del producto empliada, API para integraciones y personalización. Lo resumimos en un "slogan": sistemas resistentes para el futuro
Dentro de las tendencias que IDC explora para el futuro de la cartelería dinámica, nosotros apostamos como factor diferenciador por el IoT o más bien por la sensorización de los puntos de información. No es que no digamos que la omnicanalidad, los asistentes de voz o IA's, realidad virtual o aumentada no tengan su espacio, pero creemos que los usos son menores.
¿Qué aportan los sensores en el punto de información?
Aunque suena a redundancia, la respuesta es información. Tenemos un punto en el que se transmiten mensajes dinámicos, pero no hay retorno de si llegan los mensajes y cómo. Los sensores y tratamiento de esa información aportan beneficios en:
- Asegurar el funcionamiento de los sistemas: planificar mantenimientos presenciales (horas y temperaturas de operación de pantallas, ventiladores, sistemas de almacenamiento...)
- Medir los impactos potenciales: distancia, retención, sentimiento, target...
- Interactuar con el cliente: promociones exclusivas, información bajo demanda...
Elegir la pantalla adecuada para DS. Algunos tips y consejos
Para no fallar en la decisión, lo primero que hay que tener en cuenta es la ubicación de la pantalla. Esto nos dará datos sobre:
- Protección contra agentes del display: exterior, interior, ambientes con mucho polvo en suspensión...
- Brillo necesario: ¿recibe iluminación solar en algún horario? Entonces será necesario que la pantalla tenga un brillo elevado, las hay hasta 2000 Nits o pensar en tecnologías led que tienen mucho más brillo. ¿Estará encendida día y noche? En este caso, mejor si puede regularse por programación el brillo, ya que si usamos el mismo brillo por el día y por la noche producirá "saturación" lumínica y afectará a la calidad. Además de ahorrar unos euros.
- Tamaño y ángulo de visión. Es importante estudiar la distancia a la que se verá la pantalla y simplemente con un iPad y la aplicación de medidas, se pueden hacer los cálculos. Si se quiere algo más profesional, hay aplicaciones de realidad aumentada que simulan incluso las marcas y modelos de pantallas que pueden ponerse y puedes "hacer una foto" de cómo quedaría hasta estéticamente.
Lo siguiente es el precio, garantía y durabilidad. Como norma general, si no se usa mejor no añadir funcionalidades extra porque complican el manejo y son más cosas a fallar.
Es importante fijarse en las coberturas de la garantía (hay pantallas comerciales que no permiten su colocación vertical por ejemplo) Ver el número de horas que es capaz de funcionar. Algunas tecnologías pierden brillo o comienzan a fallar más a partir de cierto número de horas. Con este valor y el número de horas que la pantalla estará encendida, se obtiene la "amortización" y es más fácil saber si el precio es correcto o no para nuestras necesidades.
Y un último aporte, si piensas en el planeta y tienes conciencia ecológica optarás por productos de alta eficiencia, fabricados de forma responsable y cuando finalicen su vida útil los llevarás a puntos de reciclaje